A Borja le dan envidia. Rayas de colorines, espirales. De diversas alturas. Telas, bordados. Medias transparentes o calcetines de ir por casa, de esos que tienen como pegatina en la planta.
No los lleva fuera de casa, ya que una vez se los puso para ir al cine y en el trayecto de ida en bus, una niña se quedó mirando el pequeño trocito de calcetín que asomaba por debajo del pantalón, en el tobillo:
- Mamá, este chico te ha quitado los calcetines.
Borja enrojeció mucho y se levantó para continuar el trayecto de pie. Después de este comentario, notó como una chica no paraba de mirarle los pies con el ceño fruncido y una sonrisa de curiosidad.
Él siempre se pregunta que por qué las mujeres son las únicas que pueden llevar calcetines bonitos. O ropa interior bonita. Suele ir a Oysho y a Calzedonia, y mirar con desazón las secciones de lencería. No tiene un pie grande, pero no puede evitar sentirse un poco extraño cuando coge la prenda y se dirige al mostrador. Siempre termina dejándola...
Un día decide comprarse una par de calcetines que ha visto en un escaparate. Tienen rayas de colores naranja, verde, azul y rojo. Y llegan hasta la rodilla.
Entra y comprueba que le valgan: cierra el puño y lo rodea con el calcetín, desde el talón a la punta.
Después lo lleva al mostrador, donde una alegre cajera le dice con una deslumbrante sonrisa:
- ¿Se lo envuelvo para regalo?
Borja enrojece, pero más de enfado que de vergüenza.
- ¡Son para mí!
Coge los calcetines malhumorado y alarga la mano para que le devuelva el cambio. La dependienta no sabe donde mirar y guarda la bolsa y la pegatina que había sacado; "Espero que te guste".
Cuando llega a casa, Borja se quita el pantalón y corta las etiquetas. Después se los pone, comprobando que le van bien ajustados pero sin oprimir. Se levanta y se mira en un espejo de pie. Da una vuelta sobre sí mismo. Se pone de puntillas. Flexiona la pierna izquierda.
Le gustan. Le gustan mucho.
Después enciende la tele y entrecierra los ojos cuando emiten el anuncio de Calzedonia, "Esperamos que sea niña".
- ¿Niña? ¡Já! - exclama con una sonrisa triunfal.
n_n Me ha gustado mucho, ademas me pasa como a el ¿Por que los calcetines de chica son mucho mas majos que los de chico...?
Sobre todo me encantan los de rayas!
Un día encontré unos calcetines de rayas para chico, me puse muy contento, ahora están un poco viejos tendré que volver a empezar la búsqueda!
Un saludo.
Jo, Borja de cae bien :)
Jajaja buenísimo, Borja es un tío original; y tú también por un texto tan bueno. Muás
Es cierto ¿por qué los calcetines de chico son tan aburridos? ¿Y por qué tenemos esa horrible manía de mirar mal a los que se atreven a ir diferentes?
Muy buen texto, querida, me he reído mucho con él final.
Besazos para Marte (=
Lena
¿Crees que se apuntará a las medias y el liguero? :)
Me ha encantado la entrada.
Un relato muy bueno, y con el que además me siento plenamente identificado. Todos mis calcetines son de Calcedonia, todos de muchas rayas de varios colores. Los de chico no los hacen tan llamativos como los de chica (siempre he querido unos arco iris) pero andan cerca. Y yo, triunfante, como Borja. :-)
que original :O