A la chica rara la cambiaron de instituto hace algunos meses, a decir verdad a mí me da algo de pena... lástima, o compasión, más bien.
Por lo visto antes no era así.
Me lo dijeron unos... amigos, si es que puedo llamarlos así, que se metieron en su tuenti por medio de una amiga suya, y tiene fotos en las que no parecía "La Chica Rara", como ahora la apodan.
Tenía fotos alegres, fotos de su edad, fotos con amigas, fotos con ropa estilosa.
Ella era muy bonita.
Algo le debió pasar para que se transformase en este ser de lacio cabello, auriculares en sus orejas y mirada baja que no te mira a los ojos.
Me inspira tanta curiosidad...
-¿Has oído lo nuevo de la chica rara? - Me dice Cristian como si fuese la nueva noticia del instituto.
- No -contesto yo, con cierta desconfianza de lo que me va a decir.
- Dicen, que hay alguien aquí que es la que la hace actuar así. O ser así, no sé. Porque, ¿Te acuerdas de ella el primer día?
Claro que la recuerdo. ¿Cómo no la voy a recordar? Alegre, simpática, sociable, con una sonrisa en la cara y una mirada entre picaresca y amargada. Ropa bonita, bien conjuntada.
- ¿Y quién es?
- No sé -dice Cristian divertido - Pero, ¿No crees que sería divertido averiguarlo?
Yo callo. Yo pienso que sería divertido dejarla en paz.
Después de un encuentro con alguien, tal vez tan sólo una mirada, y su mundo se vino abajo. Se limitó a callar, retraerse, cortarse el pelo con un peinado que no realza su belleza... y una mirada triste que todavía perdura.
La observo en clase. Tiene la cabeza inclinada hacia el libro, como siempre, y su melena impide las miradas de la gente. Se gira un momento y mira con ansia por la ventana. Después nota que la estoy mirando y se gira bruscamente.
Cuando suena el timbre, La chica rara se levanta y sale corriendo rápidamente a cambiar los libros de su taquilla. Yo siento la imperiosa necesidad de levantarme y la sigo.
Es increíble lo rápida que es pese a no aparentarlo.
Esquiva a la gente que hay en los pasillos, abrazando su carpeta lisa, y la pierdo.
Me quedo enfadado conmigo mismo, tanto por haberla perdido... como por no saber dónde está su taquilla.
Nos separamos una hora ya que escogemos diferentes materias, y una hora después nos volvemos a juntar.
Ahora, ni se gira para mirar su método de escape.
Me empiezo a preguntar cómo acercarme a ella.
Me interesa, me atrae, me succiona, me absorbe en ese misterio lánguido y pesaroso.
Llevo días persiguiéndola. He averiguado cuál es su taquilla, la acoso, no paro de hablarle, y ella no me contesta.
Un día, la tutora nos llama tanto a ella como a mí.
Nos ve juntos (yo siguiéndola y ella huyendo) y nos encarga que vayamos a la clase a repartir unas fotocopias.
Ella se muestra huraña.
Yo no paro de preguntarle cosas.
Entramos a la clase y La chica rara se limita a dejar las hojas sobre la mesa.
Yo también las reparto. Cuando terminamos, en vez de irse corriendo, se sienta y me mira, en silencio.
Yo sonrío.
Me inclino frente a su mesa y le cojo de las manos.
- Me llamo Pablo.
La chica rara esboza una sonrisa pequeñita y una chispa brilla en sus ojos.
-...
Yo abro los ojos y me acerco porque no la he oído.
- Me llamo Charlotte.
Jolin que bonito!!.
¿Tendrá continuación?
saluDOS
Espero que la tenga!! Me ha recordado un poco a la película Crepúsculo, aunque no tiene demasiado que ver, no sé.
Hay que ver cómo has aguantado la tensión hasta el final, donde has dicho quién era realmente. ¿Estará Mirna involucrada...? ^^
Un saludo!!