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Charlotte se duerme en su bañera con patas. Siempre la llena hasta los topes, aunque sea malo para el medioambiente. La espuma hace burbujas que huelen a melocotón.
Mientras su cuerpo va resbalando lentamente mojando su cabello, ella entra en la fase REM y empieza a soñar. Su nariz se hunde ligeramente bajo el agua, pero no lo suficiente para impedir la entrada de oxígeno. Pequeñas gotitas se introducen en sus fosas nasales cuando inspira, y se deslizan suavemente hacia el agua de nuevo cuando espira.
Su cuerpo termina completamente cubierto de agua y Charlotte deja de respirar. Disminuye su frecuencia cardíaca. Su cabello se mece lentamente por el movimiento del agua.
Abre los ojos. Está ligeramente vestida. Camiseta de manga larga, nunca hay que olvidarlo. Siempre manga larga. No lleva pantalones, pero sí unos calcetines hasta las rodillas, que están rotos a medio pie. Puede observar sus dedos de los pies. Los mueve.
Está muy tranquila. Respira bajo el agua, aunque no salen burbujas de oxígeno. Se lleva la mano al lateral izquierdo del cuello y entonces comprende: tiene agallas.
Ella no se mueve, está quieta en el agua, pero su pelo ondea lentamente. Bajo el agua no es rojo. Es marrón oscuro, ébano, casi negro.
Se gira porque ha notado un movimiento tras ella. Observa lentamente la figura. Es casi azul.
- Vete - le dice. Nada debe perturbar la frágil calma bajo el agua. O se romperá.
- No puedes - le responde la figura.
- Claro que puedo - dice Charlotte - mira.
Levanta una mano, lentamente. Ahí todo debe ser lento. Señala sus agallas.
- No, no puedes.
- ¿Por qué? - pregunta Charlotte.
- Porque hueles a melocotón.
Charlotte observa un mechón de pelo que se mueve lentamente hacia su nariz y lo huele. Inspira hondo y nota como el olor llega hasta la pituitaria.
- ¿Lo ves? - sostiene la figura azul - Has utilizado la nariz. Los peces no tienen nariz.
Ella gira la cabeza y se lleva una mano al pecho. Siente una presión.
- Pero...
Cuando pronuncia la palabra observa como unas burbujitas ascienden desde su boca hasta la superficie. Las burbujas rompen la superficie y Charlotte se empieza a ahogar.
- No puedo - murmura, y su boca se llena de agua - Yo...
La figura la observa. Charlotte se inquieta y empieza a moverse frenéticamente.
- Déjame ser tus pulmones. Yo sí puedo.
Mueve los brazos inquieta. Intenta salir a flote, pero está muy lejos. La figura azul alza una mano hacia ella y de repente parece estar mucho más cerca. Ahora la puede reconocer. Su pelo no es tan oscuro como el de ella bajo el agua, es castaño clarito.
- No - barbota como puede- tú no.
El espacio es tan pequeño entre ella y la chica azul, demasiado pequeño ahora que se ha roto. Mueve agitadamente los brazos, provocando más pequeñas burbujas que le impiden ver.
Charlotte se incorpora de la bañera con un grito ahogado y tose agua. Respira rápidamente, intentando recobrar el oxígeno perdido. Se lleva una mano a la cabeza y se aparta el pelo de la cara.
Mientras intenta situarse, la puerta del baño se abre y entra Pablo con total naturalidad.
- Hola - saluda, como si no se hubiera dado cuenta de que se estaba bañando.
- Qué haces - pregunta Charlotte boquiabierta.
Él ni la mira y comienza a desvestirse mientras ella lo mira incrédula.
- ¿¡Qué haces!?
Se queda en calzoncillos y se mete en la bañera, en el lado opuesto al de Charlotte. Se acomoda dejando el grifo a la izquierda de su cabeza.
- Estoy desnuda...
Pablo se digna a mirarla, horrorizado.
- Como si me atrayeras sexualmente, por dios.
Se miran durante unos largos segundos a los ojos. Ella con incomprensión. Él, como buscando algo.
Pablo alarga las manos y agarra por las muñecas a Charlotte. Ella está tan sorprendida que ni siquiera se acuerda de reaccionar.
- Manga larga, ¿Eh?
Ella lo mira hasta que se da cuenta de lo que le está diciendo. Baja la cabeza y se mordisquea el labio inferior.
- Sí - afirma - Siempre manga larga.
Se hace un silencio inclasificable. No es cómodo, pero tampoco tanto como para incluírlo en una escena de Pulp Fiction.
- ¿Esto también te lo dijo él?
Vuelve a haber otro largo silencio. Mia Wallace estaría orgullosa.
- Huele a melocotón - comenta Pablo por toda respuesta. Y le aparta un único mechón de la frente.
Me alegro mucho de leerte de nuevo. Espero que nos hagas otra visita antes de ese periplo (o durante). Ya conoces Valencia, ¿no?
Siempre es un placer leerte, si que lo tenias abandonadillo, pero todo blog pasa por momentos duros, pero son fuertes y aguantan.
Me ha encantado el titulo es tan enrevesadamente enreveseado.
No más ataques de ansiedad que son malos ¿vale?
Pasalo bien en tus viajes y traete chocolate belga :P
Nos leemos y mis ya tipicos saluDOS
Cuanto tiempo sin pasar por aquí... me alegra leerte otra vez ^^.
Pues a mí me ha encantado el título :)
Rapid Eye Movement
me alegro de que estés mejor. de que te vayas de viaje, que eso siempre relaja la mente y va bien para todo.
un beso.
es realmente adorable...
Es ella, es ella. D: De verdad es ella, que fuerte.
No se si debería leerte :S
Peeero, de momento auguro un premio planeta :)